Restaurante Los Robots: o sobre los trabajos de mierda

La Inteligencia artificial no es algo nuevo. Se dice que desde la década de 1930 comenzaron a circular las ideas para que las “nuevas” tecnologías, esas que existen actualmente, fueran posibles. Sin embargo, la  Inteligencia Artificial (reproducir las características humanas en aparatos inventados por el mismo ser humano para transferir sus labores) puede remontarse a tiempos más antiguos como la aparición del arado.

Pasando por el tractor llegamos a Rusia, donde se pueden ver robots limpiando las calles, en supermercados, ventanillas, haciendo las veces de conserjes, etc. También hay quienes tienen su propia barrendera robótica en casa, que cumple el rol de trabajadora doméstica. Sí, parece una película futurista, pero está a la vuelta de la esquina.

El lado positivo de la IA busca hacernos la vida más fácil y dejar las funciones tediosas que podría hacer una máquina. Sin embargo, el antropólogo y anarquista Mark Graeber escribió en el año 2018 un libro llamado Trabajos de mierda, donde menciona una teoría según la cual tendemos a generar trabajos inútiles, y cómo, en nuestra sociedad, está en continuo crecimiento.

Según Graeber, además de los trabajos de mierda, también están los trabajos malos-basura: que no son trabajos de mierda (empleo carente de sentido, inútiles y en detrimento de la sociedad) porque benefician a la sociedad (limpiadores, meseros etc.), pero que son trabajos esclavizantes y/o mal pagados, casi siempre.

Cada tanto salen noticias sobre el “primer” restaurante atendido por robots en cualquier lado, pero lo que pocos recuerdan, o saben es que en Medellín, en el año 2016, existió uno, en pleno centro de la ciudad, donde Electra, una mesera de lata, repartía postres por los pasillos del restaurante vegano Los Robots.

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