Por Andrés Felipe Barrientos
Desde su estreno en el año 2021, The White Lotus se ha consolidado como una de las miniseries de HBO más brillantes y cautivadoras de la televisión actual. Creada por Mike White, esta comedia dramática trata sobre unos huéspedes privilegiados en un hotel de lujo y sus relaciones con el personal de servicio, revelando las absurdidades de la clase alta, sus preocupaciones, rarezas y la desconexión total que tienen con el mundo real. A lo largo de dos temporadas, la serie no solo ha expuesto los excesos y las contradicciones de los personajes adinerados, sino que también ha puesto en discusión temas profundos sobre la naturaleza humana con un agudo sentido del humor y una mirada crítica de la sociedad.
Desde su primera escena, en ambas temporadas, The White Lotus nos presenta una premisa irresistible: sabemos que alguien ha muerto, pero no quién, ni cómo. Este recurso narrativo, pone al espectador en una posición de detective, alimentando constantemente teorías y sospechas sobre cualquiera de los personajes. Sin embargo, lo más fascinante de la miniserie no es el misterio en sí, sino cómo se la juega hábilmente por retratar a los personajes desde sus contradicciones más profundas.
The White Lotus no se centra en los grandes giros argumentales, ni en las típicas series de detectives, más bien, se la juega en los pequeños detalles de las interacciones sociales dentro de un hotel de lujo. Cada conversación, cada mirada, cada gesto y cada reacción de estos complejos y absurdos personajes nos van creando una atmósfera y una mirada de ellos y sus vidas. La serie no se limita a juzgar a sus protagonistas como simples representaciones del privilegio o la riqueza. Si bien nos muestra lo peor de ellos, sus inseguridades, adicciones, egoísmos y mentiras, también nos muestra sus luchas internas.
Jennifer Coolidge, en su papel de Tanya, se ha convertido en uno de los personajes más queridos de la actualidad, precisamente por esa razón. Aunque su vida está llena de lujos, es incapaz de escapar de su soledad y su miedo al abandono. Y este es solo uno, de los muchos ejemplos, de cómo la serie logra que nos identifiquemos, aunque sea momentáneamente, con personajes que podrían parecer distantes o superficiales.
Uno de los mayores aciertos de The White Lotus es su habilidad para retratar a la élite, a través de estos escenarios vacacionales que parecen ser un refugio idílico, pero que terminarán por enfrentar a los personajes con sus propios demonios. The White Lotus juega con esta tensión emocional y social, mostrándonos el lado oscuro de sus personajes. Nos hace partícipes de su egoísmo, su manipulación y sus frustraciones, mientras que ellos, no siempre conscientes de la magnitud de sus actos, nos van envolviendo. El espectador puede sentir una mezcla de empatía y rechazo hacia ellos, dado que, a pesar de su riqueza y privilegios, enfrentan demonios internos que los hacen más vulnerables y humanos.
En la primera temporada, el espectador es testigo de la monotonía y desinterés con los que los personajes, mayoritariamente blancos, vacacionan en un resort en Hawái. Estos turistas no sólo reflejan la superficialidad, sino que también retratan la incomodidad que sienten ante la creciente conciencia social sobre sus privilegios. De hecho, los personajes que vemos vacacionando en este entorno paradisíaco están lejos de disfrutarlo. Se sienten incómodos, insatisfechos y, en muchos casos, al borde del colapso personal. En esta temporada se exploran temas políticos como el colonialismo, la blanquitud y la injusticia social.
La segunda evolucionó hacia algo mucho más oscuro. Ambientada en la mítica y trágica Sicilia, con su peso histórico y cultural, la serie se enfoca en un nuevo grupo de turistas ricos estadounidenses en un hotel paradisíaco en Italia. La fatalidad y el peligro se sienten mucho más que en la primera temporada en Hawái. Y el patriarcado, el colapso de la masculinidad tradicional, los cambios generacionales, y la infidelidad normalizada y disfrazada de monogamia, son algunos de temas que cruzan los personajes en esta segunda entrega.
La música de The White Lotus, compuesta por el chileno Cristóbal Tapia de Veer, también juega un papel crucial en esta experiencia inmersiva. Sus sonidos tribales y coros inquietantes, que al principio pueden parecer fuera de lugar en un contexto de lujo, crean una constante atmósfera de tensión. Es casi como si, bajo la superficie de ese paraíso idílico, algo terrible estuviera esperando a salir a la luz. Y, de hecho, así es. La tragedia se respira en cada escena, especialmente en la segunda temporada, ambientada en una Sicilia rica en mitología, mafia y fatalidad.
El elenco, en ambas temporadas, ha sido excepcional. En la primera, actores como Murray Bartlett (Armond), Jennifer Coolidge (Tanya) y Alexandra Daddario (Rachel) destacaron por sus interpretaciones complejas y magistrales. Bartlett, por ejemplo, brindó una de las actuaciones más memorables como el gerente del hotel, que poco a poco va perdiendo el control. En la segunda temporada, Aubrey Plaza (Harper), Michael Imperioli (Dominic) y F. Murray Abraham (Bert) tomaron el relevo, acompañados por un elenco igualmente carismático. El contraste entre los personajes fue más agudo aquí: en Sicilia, las tensiones de clase, el poder y el deseo sexual fueron aún más evidentes y los actores lograron capturar la fragilidad de estos conflictos internos con una sutileza impresionante.
La grandeza de The White Lotus radica en su sencillez, pues, además de sus localizaciones paradisíacas y su elenco talentoso, mezcla comedia, tragedia, crítica social y personajes inolvidables en un solo paquete. Una serie llena de contradicciones que nos invita a reflexionar sobre los impulsos más primarios que nos mueven como seres humanos: los celos, las traiciones, los deseos insatisfechos y la inevitable confrontación con la muerte.
La tercera temporada llega este 16 de febrero de 2025 a la pantalla de MAX y ahora, el lugar escogido para alojar a nuevos y adinerados huéspedes será The White Lotus, Tailandia. Y, como siempre, el reparto será de lujo: Sarah Catherine Hook, Sam Nivola, Carrie Coon, Jason Isaacs, Michelle Monaghan, Parker Posey, Leslie Bibb, Walton Goggins, Patrick Schwarzenegger, Aimee Lou Wood, Morgana O’Reilly y los tailandeses Dom Hetrakul y Tayme Thapthimthong. Además, se ha confirmado que Natasha Rothwell regresará, repitiendo su papel de Belinda de la primera temporada.
Serán 8 capítulos y, al parecer, el enfoque narrativo es una mirada satírica y divertida a la muerte, la religión y la espiritualidad oriental. El resort VIP mantiene las muertes, su halo de misterio y sus personajes complejos. Ahora es el turno para las seductoras y picantes playas asiáticas.
*Puedes ver esta serie en la plataforma de streaming MAX. y si quieres conocer más sobre la serie te invitamos a escuchar el especial de The White Lotus del Podcast Sin Palomitas de Maíz, con Dani Otálvaro y Pablo Valle.