Los sueños y el cine parecen estar íntimamente relacionados. ¿Acaso no es un sueño el hecho de ir a presenciar un estreno en la pantalla grande?. Por lo menos así se vivía en los primeros años de vida del cine, donde ir a ver una peli era todo un acontecimiento.
Christopher Nolan nos recuerda que las primeras salas de cine en Europa, en Inglaterra, se llamaban Palacios de los sueños. Además, agrega este gran cineasta que «la analogía de estar observando imágenes alucinatorias vividas de forma pasiva en la oscuridad parece ajustarse a las dos cosas».
Muchas han sido las formas de representación de los sueños en el cine a través de su historia. Sin grandes recursos económicos e influenciadxs por distintos tipos de arte pictórico, especialmente el surrealismo, hasta llegar a una filmografía digital y con programas de postproducción cada vez más sofisticados, el cine ha tomado lo onírico como parte de su elemento principal.
Le Cauchemar (La pesadilla) del ilusionista y cineasta Georges Melies del año 1896 es la primera película en representar lo onírico. Dura un minuto y nos muestra una escena del sueño del protagonista con una mujer y otros personajes que le acosan.
La representación onírica de principios del siglo XX fue mezclándose con el expresionismo Alemán, el cine soviético y el de Hollywood. Desde 1930 comienzan a aparecer imágenes prismáticas o distorsionadas, sobreimpresiones múltiples, perspectivas sesgadas y movimientos de cámara propios de estas mezclas.
A través de la historia del cine se han determinado dos formas fundamentales de insertar el sueño en el cine: sobreimpresión y secuencia onírica.
Sobreimpresión:Es el efecto estrella utilizado en el cine onírico. Consiste en incrustar el sueño en el mismo plano en el que se observa, a veces con o sin recurso. La más popular ha sido la de la viñeta circular, también llamada globo o bocadillo, algo así como en las historietas. Esta técnica es una herencia tanto de la pintura como del teatro.
Una de las influencias más destacadas en la sobreimpresión es La pesadilla, un cuadro del pintor Füssli donde un íncubo, demonio de la imaginería popular, se observa en la pesadilla de una mujer. Sobreimpresión sin recurso.
A partir de allí lo que terminamos viendo en el cine son escenas como la de la película La Vida de un Bombero Americano. Siendo ésta una clara Sobreimpresión con recurso, es decir con una viñeta circular que transmite al espectador la sensación de estar observando el pensamiento del bombero.
Secuencia onírica
Su técnica ha cambiado con el tiempo, pero en sus inicios, consistía en una secuencia de planos por medio de transiciones, pero esto cayó en desuso.
Posteriomente, la secuencia onírica y otros efectos fueron logrados en postproducción luego del avance en la informática en los años 90 del siglo XX. El famoso programa Paintbox de Quantel es el más conocido. Hasta el fin del mundo (el montaje del director) es una película de 1991 pionera en este estilo de efecto moderno.
Granulado:
Consiste en lograr una granulación que parecería ser una deficiencia técnica, pero es un recurso usado por cineastas para generar una sensación de ensoñación en el espectador. Por ejemplo: en una película súper 8 usada en la cinta El enigma de Gaspar Hauser (1974), la cinta se hincha al formato correspondiente, dando como resultado una evidente granulación, con puntos de sobreexposición.
Sueños anidados en el cine
Son sueños dentro de los sueños. Muchas veces con falsos despertares. Y hacen parte del cine desde los años 80. Su película más reciente, famosa y que marcó un hito en este campo es Injection (origen) del año 2010 donde podemos ver hasta 4 niveles de sueños anidados. Esta jerarquía de los sueños es tomada de la literatura y las artes gráficas que en francé denomina mise en abyme (construcción en abismo)
Matrix (1999) de lxs Hermanxs Wachowski es pionera en la representación de sueños de confusión donde no se distingue muy bien entre sueño y realidad. Esto es logrado gracias al uso de la capacidad en tecnología informática para lograr este efecto en el espectador, creando una vida paralela en la mente de los personajes. Esta forma toma mucha fuerza entre los años 2000-2010.
Se dice que el ser humano es a la vez actor y espectador de sus propios sueños a los cuales, muchas veces, llegan intrusos. Estas películas nos muestran cómo, a través de ellos, se puede llegar a dudar de la realidad misma. El sueño es un estado psíquico perseguido por el poder, por lo que el cine se enfoca, inicialmente, en ciertos estados de consciencia, hasta que en los años 70’s se observan los sueños lúcidos en el cine.
En 115 años de historia del cine, aunque los sueños aparecen en todo tipo de películas, el género cinematográfico que más se ha usado en los sueños en la representación fílmica es el drama. Quizás sea porque lo onírico raya con el mundo interior del ser humano donde se pueden encontrar todo tipo luces y sombras.
Parte de esta info es tomada de la investigación doctoral del editor José Borrego Martín.