Considerada la película más sexi del año 2024 en el festival de cine de Cannes, Hotel Destino es una cinta brasileña dirigida por Karim Ainoux donde un jóven de 21 años se ve envuelto en una relación amorosa con la copropietaria de un motel del estado de Ceará al nordeste de Brasil en medio de una persecución por parte de la mafia y con el sueño de llegar a Sao paulo.
Consiste en una historia al estilo cine noir como las que se ruedan en tierras californianas, pero con el estilo propio de las tierras selváticas, donde el director no deja de lado ese salvajismo, misticismo, peligro y encanto de las tierras brasileñas.
La fotografía de Motel Destino es lo más destacado. La directora de fotografía Helene Douvart logra muy buenas escenas con una tableta de colores muy apropiada para darle el toque retro y bizarro, pero a la vez dinámico, a cada una de las tomas con un ritmo techno que sube y baja un poco las sensaciones de estrés, deseo, peligro, sensualidad, voyeurismo y hedonismo. Todo gracias a una gran saturación de calor, temperatura, vapor, sudor, neón y mucha libido. Es placer representado de una manera exquisita en las escenas sexuales.
El guion no es algo de otro mundo, podía haber sido otra película hollywoodense de cine negro como cualquiera otra, pero esas señales identitarias del Brasil mafioso, al estilo Ciudad de Dios o Estómago, le da a la cinta un toque exótico y caribeño.
Karim Ainoux es director, guionista y artista visual. Su película más conocida es The Invisible Life of Eurídice Gusmão, ganadora del premio Cannes en el año 2019 y nominada a mejor película internacional en los peremios de la academía.
En Motel Destino se puede percibir la formación educativa en Bellas Artes que tuvo Karim, donde estudió pintura y fotografía. La mafiosa Bambina es una pintora y en toda la película podemos observar un arte visual surrealista y techno, tanto en las pinturas de la señora como en alucinaciones de Heraldo y las escenas bizarras como la del choque en auto de Elias con el caballo, o en la piscina en medio de la rumba de un trío sexual que no fue.
Igualmente, las luces de neón son muy expresivas, el vestuario playero le da frescura a la trama, intensidad, sudor y pudor en medio de lo grotesco.
La película roza con el absurdo, con desenlaces esperados pero no al modo en el que finalmente ocurren, como el accidente automovilístico o la manera en la cual Elias se entera del amorío de su esposa con Heraldo.
Con pocos personajes que aparecen en la película, Elias viene siendo el excéntrico, católico, con tendencias bisexuales y voyeristas que no reprime. El hedonismo es permanente en la cinta, un asistente de recepción que al parecer no deja mucho que conocer sobre él más que lo que Dayana presume sobre sus gustos hacia Elias.
La película fue rodada en el estado de Cedará, lugar natal del director. Allí podemos ver la influencia de su mirada nativa sobre el lugar, los personajes y la trama. Nos enseña un poco de la vida, de su lugar de nacimiento, enfocándose en lo caluroso de las relaciones humanas que allí se dan.
Es muy especifico en ésto, la película comienza con una escena de primer plano de la arena de la playa y las olas que llegan y al final la película termina con Heraldo recogiendo hielo en un lugar alejado en medio de la carretera: dos ambientes totalmente diferentes que en ese último texto nos da entender cómo el contexto y el ambiente pueden determinar la personalidad y las relaciones sociales de los seres humanos:
“Al principio pensé que el frio me haría olvidar el calor de Ceará, pero no puedo olvidarlo…Ni si quiera cuando se me congela la columna, los huesos y se ralentizan los latidos de mi corazón…” tengo fe que nos volveremos a encontrar, en un bar de algún lugar, en alguna playa o en otra vida”.
Sobre la película, el director dice que es:
“Ante todo, una historia de amor entre un joven desamparado que vive al margen de un sistema que lo quiere muerto y una mujer que resiste los ataques de un marido abusivo y violento”
Y sobre la historia dice que:
«Me interesa mucho hablar de la delincuencia, no de la delincuencia sórdida, sino de la delincuencia como única vía de escape del lugar en que vivimos, del mundo en que vivimos. ¿Cómo se supera el desamparo absoluto? Es un tema muy presente en el Brasil contemporáneo. No se trata tanto de victimizarse, como de estar completamente marginado».
La narrativa del film nació de la relación del director con el Laboratorio de Guión de Porto Iracema das Artes. Wislan Esmeraldo y Mauricio Zacharias (“Madame Satã”) firman el guion junto a Aïnouz.
La directora de fotografía es la francesa Hélène Louvart, que ya trabajó con Aïnouz en “A vida invisível de Eurídice Gusmão” y «Firebrand», mientras que Marcos Pedroso («Madame Satã», «O céu de Suely», “O abismo prateado” y «Praia do Futuro») está a cargo del Diseño de producción.